TOBAS DE COLORES
Oculto en el fondo del Barranco de las Vacas se encuentra este espectacular pasadizo de toba volcánica, cuyas formas y aspecto se han comparado con el famoso “Cañón del Antílope”, en Arizona (EEUU). La erosión de material volcánico reciente, dibuja este tipo de cañones estrechos y profundos, causados por aguas pluviales que a menudo encauzan en tubos volcánicos. La colada solidificada de estos tubos de magma, posee una mineralogía especial, más densa y con abundancia de metales como el hierro, el cual al oxidarse da lugar a este rojo característico.
“Las Tobas de Colores”, hoy día convertidas en atracción turística, ya desde tiempos remotos fueron zona de asentamiento de comunidades cavernícolas. Un complejo de cuevas estratégicamente situadas domina el emplazamiento. Las marcas talladas en la roca formando una escalera, así como las extrañas figuras esculpidas sobre estas coloridas paredes, nos invitan a sentir la arqueología de este misterioso lugar.
RESPLANDOR DEL NUBLO
Para muchos, el Roque Nublo, o “Nugro”, como era llamado por los antiguos habitantes de la isla, es el símbolo grancanario por excelencia. La formación de esta gigante masa de roca volcánica data de hace 4 millones de años, de un periodo de vulcanismo que ha tomado precisamente el nombre del roque: el "Ciclo Roque Nublo", del Plioceno. Con más de 80m de altura y ubicado a 1813m sobre el nivel del mar, su formación se asocia con devastadoras erupciones que dejaron su dramática huella en el terreno y que el paso de millones de años de erosión ha terminado de modelar, dejándonos su singular escena.
Este titánico monolito, fue incluído por la UNESCO en 2019 dentro de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, un paisaje que ya desde 2005 había sido considerado Reserva de la Biosfera. Pero para los antiguos canarios, el “Nugro” tenía un valor espiritual y religioso, como tantos otros puntos de las abruptas cumbres de Gran Canaria. Huella de un tiempo remoto, de una biodiversidad ya extinta, este gran símbolo resiste al tiempo y ha quedado como hito en la Historia de una isla y de un pueblo.
Entre las formaciones geológicas más atractivas de nuestras islas volcánicas, encontramos los arcos naturales de piedra como es el caso de la llamada “Ventana del Nublo”. Como tantas otras formaciones similares que abundan en nuestros paisajes, estos arcos son muy antiguos y se forman por la acción erosiva del viento y las lluvias, dadas las diferentes densidades de los constituyentes de la roca volcánica. En particular, la formación de la “Ventana del Nublo” data de tiempos remotos del Piloceno, hace 4 millones de años. Contemplar la panorámica que nos brinda este arco natural con vistas al “Roque Nublo”, a la “Caldera de Tejeda” y al famoso y simbólico “Pico Teide”, es como mirar a un pasado millones de años atrás, cuando ya las islas eran un paraíso.
El Bufadero de La Garita (Telde, Gran Canaria), famoso por su envergadura y su complejidad geológica, constituye uno de los lugares más exquisitos donde pueda observarse la belleza del océano en conjugación con la roca volcánica. Recibe su nombre por la fuerte columna de agua a presión que libera por una oquedad en días de marejada, la cual llega alcanzar más de 5 metros de altura.
Los “ojos del océano” nos observan y su boca nos dice naturaleza.
El singular espectáculo que ofrecen las dunas de Maspalomas ha sido siempre para los habitantes de Canarias un símbolo de identidad. Este magnífico campo de dunas es un Espacio Natural Protegido que ocupa alrededor de 404 hectáreas (3 km de ancho y 2 km de largo). Nacen en la desembocadura del barranco de Fataga y sirven de frontera natural entre dos de las más famosas playas de la isla, las playas del Inglés y de Maspalomas. Las dunas llegan a superar los 18 metros de altura y sobre sus laderas los vientos Alisios dibujan ondulaciones de belleza insólita.
La famosa playa de Maspalomas es un reducto compartido al mundo por el que pasan cada año alrededor de un millón de visitantes. Junto con Mogán y Playa del Inglés constituye el núcleo turístico de la isla de Gran Canaria y el lugar vacacional favorito de Europa sobretodo para españoles, alemanes y británicos. Sus arenas continúan al este con la playa del Inglés formando ambas la mayor extensión de playa de la isla con 5.600 metros. Destaca en su extremo oeste el emblemático faro de Maspalomas, diseñado por el ingeniero Juan León y Castillo, cuya luz es desde finales del siglo XIX testigo de la transformación de este exuberante paisaje.